Indudablemente Tiy no fue un personaje cualquiera en el antiguo Egipto. Aunque no era de la realeza llegó a inmortalizarse como una de las reinas de la antigua civilización, y en parte gracias a su gran astucia.
Tiy se convirtió en reina al desposar al soltero más cotizado de la realeza egipcia, Amenhotep III. Fue madre del revolucionario faraón Akenatón y la abuela del famoso Tutankamón.
No es ninguna casualidad que Tutankamón haya sido sepultado con los más grandes honores ya que es parte del árbol genealógico que incluye a la realeza egipcia en la que su abuela logró colarse. Así de astuta era la reina Tiy, cuya momia se conserva intacta.
Tiy, la reina que no era de la realeza
Tiy es, de hecho, una de las momias que más impresionan a los arqueólogos, pero su legado va más allá de sus restos perfectamente conservados.
Sus padres, Yuya y Tuyu, no pertenecían a la realeza, pero se las ingeniaron para llegar a los niveles más altos de la sociedad, a través de distintas conexiones.
Su padre, Yuya, era un jefe de carros de guerra,2 con familia de origen sirio, mientras que su madre, Tuyu, ostentaba el título de “Ornamento Real”, atribuido a damas nobles en la corte, así como el de “Cantora del templo de Amón”.
Así, siendo una noble Tiy se convirtió en reina al desposar al soltero más cotizado de Egipto, Amenhotep III, uno de los faraones más poderosos en toda la historia de Egipto.
Casar a Tiy con el faraón fue una hábil maniobra que benefició de forma insólita a Yuya y Tuyu. Su poder creció parejo al de los jóvenes reyes, e incluso fueron enterrados en el Valle de los Reyes, un honor reservado a muy pocos nobles.
Tiy se casó con Amenhotep III a la edad de once o doce años en el segundo año de su reinado, teniendo aproximadamente dos años menos que su sagrado marido. La jovencísima pareja pareció complementarse desde el primer momento y nunca más volvieron a separarse.
Juntos tuvieron a un hijo: Akenatón, el primer rey que introdujo el monoteísmo en el antiguo Egipto y padre de Tutankamón.
Su reinado implicó abandonar la capital para trasladarse a Amarna, ciudad que fundó y que duró poco más de diez años, pues misteriosamente la nueva capital colapsó.
La tecnología hizo posible ver cómo era la reina Tiy
Uno de las momias que más ha causado curiosidad desde que fue descubierta es la de la reina Tiy, y cuyo rostro fue reconstruido revelando una incomparable belleza.
Al morir tenía algo más de cincuenta años, medía 1,45 m y su rostro muestra gran parecido con el de su madre Tuya.
A través de técnicas de reconstrucción y edición digital, recurriendo a datos de exámenes físicos previos del cráneo, medidas detalladas, fotos a escala y radiografías del esqueleto, fue posible conocer sus facciones.
El vídeo a continuación permite ver la reconstrucción de la hermosa reina Tiy, cuya momia tiene más 3.400 años.
La Gran Esposa Tiy, murió en Tebas, en su palacio de Malkata. Llegó a ser enterrada en Aketatón (tumba TA28), como así había decidido su hijo, pero con la caída de su gobierno, sus restos volverían a Tebas, al Valle de los Reyes.
La tumba de Tiy, junto con la de Tutankamón, fueron halladas casi intactas, con hermosos sarcófagos de oro y las momias en perfecto estado de conservación.
Al morir tenía algo más de cincuenta años, medía 1.45 m y su rostro muestra gran parecido con el de su madre Tuya.
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