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Julio es el mes que abre la temporada turística en los Cerros Costeros, zonas ecológicas excepcionales que emergen como islas en medio de los vastos arenales de la costa peruana y albergan formaciones vegetales muy particulares y únicas, que a su vez albergan una numerosa y variada vida silvestre, a menudo única.
Este ecosistema, que ocupa el 0,64% del territorio nacional, se forma cuando las nubes que vienen de la costa en invierno y primavera, por influencia de la Corriente Peruana o de Humboldt, alcanzan las primeras estribaciones de los Andes y por la acción de la temperatura y otros factores se condensan en niebla y también caen lentamente en forma de pequeñas gotas llamadas «Garúa».
biodiversidad
El ambiente húmedo es ideal para generar una vegetación efímera pero periódica que aparece a mediados de invierno y desaparece a principios de verano. Las especies de flora y fauna silvestres están perfectamente adaptadas a estas especiales condiciones ambientales.
En los cerros costeros encontramos 38 especies de plantas, 245 de mamíferos, 71 de aves, 7 de reptiles y numerosos invertebrados.
¿Cuántos cerros hay en el Perú?
Hay 67 cerros que cubren 783.000 hectáreas en la costa peruana, que van desde el nivel del mar hasta los 800 metros. Se contaron nueve cerros en la costa norte, 23 en la costa media y 35 en la costa sur.
Los cerros más importantes del Perú son, de norte a sur, los de Trujillo, Casma, Lachay, Iguanil (casi desaparecido), Chancay y Chancayllo, Chilca, Pongo o Acarí, Jahuay, Atiquipa, Arantes, Yuta, Jesús, Yerbabuena, Penthouse , Camaná, Ilo y Sama.
Reserva Nacional Lachay
Establecida el 21 de junio de 1977, la Reserva Nacional Lachay ocupa un área de 5.070 hectáreas en medio de la franja costera del desierto. Representa un refugio para la diversa fauna de la costa peruana y es un ejemplo representativo de la frondosa vegetación de los cerros costeros, caracterizada por su abundante humedad, que se expresa en la densa neblina que ocupa el paisaje.
Este frágil ecosistema es único y como todo espacio intervenido ha sufrido amenazas como el sobrepastoreo y la tala de árboles. Al convertirla en un área protegida, es posible preservar una muestra representativa de los cerros costeros y promover el uso sostenible de estos recursos.
Es fascinante ver cómo hasta las telarañas sirven para retener la humedad cuando se visita la Reserva Nacional Lachay. Así, el impresionante mundo natural se adapta a lo largo de los años para implementar y mejorar técnicas para su supervivencia.
Y como el tema del agua dulce cobra cada día más relevancia para la humanidad a través de los signos de escasez provocados por el cambio climático, este ecosistema puede tomarse como un ejemplo que nos enseña cómo la naturaleza puede evolucionar en condiciones difíciles.
La Reserva Nacional Lachay cuenta con infraestructura para albergar a los visitantes, incluyendo un centro de interpretación, sanitarios y estacionamientos.
La actividad principal en la Reserva Nacional Lachay es el senderismo y la observación de aves. Todos los caminos están señalizados, lo que facilita la navegación.
Visitar las áreas autorizadas en el área protegida toma alrededor de dos horas. Este interesante paseo permite admirar los diferentes pisos de la reserva. En el lado opuesto del mar hay una cadena de cerros y en las cercanías unos cerros agrestes con rocas de formas caprichosas, formadas por la erosión del viento y el agua. Estas rocas reciben humedad de la niebla, que se condensa en agua, que luego fluye hacia las partes bajas.
precio de la entrada
La tarifa de entrada actualizada para ingresar a la Reserva Nacional Lachay es de 15 soles por adulto, 8 soles para niños de 5 a 16 años, 8 soles para un adulto local y 5 soles para un niño local.
Los residentes locales son residentes de las provincias de Huaura, Huaral y Barranca y deben presentar DNI para recibir el descuento. Los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 60 años generalmente tienen entrada gratuita.
Flora y fauna
Las especies forestales que se destacan son la tara, el palo, el mito, el huarango, que tienen una gran capacidad para captar la niebla.
En estos senderos podrás ver diferentes especies de aves y, si tienes suerte, algunos mamíferos. Entre las aves que se destacan están: el cernícalo vulgar, el aguilucho común, el cacto canastero, el chorlitejo torbellino, el aguilucho grande, el turtupilín; y especies endémicas de la zona como la gallina serrana y el pampero de pico grueso.
También se pueden ver agapornis, periquitos, chorlitos, colibríes, búhos de arena y otras aves. En total, se han identificado unas 60 especies de aves. Los mamíferos residentes más representativos incluyen roedores como el ratón orejudo y otras especies como el zorro costero y varias especies de murciélagos. Entre los mamíferos ocasionales encontramos al gato de las praderas.
petroglifos
Entre los restos arqueológicos encontrados en el territorio de la Reserva Nacional Lachay destacan los petroglifos o pinturas ideográficas precolombinas, ubicados principalmente en la parte norte de la reserva.
Se estima que existen más de 40 petroglifos en Lachay. En algunas de las quebradas de la reserva existen sistemas de terrazas o andenes de piedra que pudieron haber sido utilizados para el desarrollo de la agricultura de los pueblos ancestrales que allí se asentaron.
La mayoría de los puquiales o manantiales están reforzados con estructuras de piedra, lo que demuestra el manejo del agua de los antiguos habitantes de la zona.
climatizado
Son dos estaciones perfectamente delimitadas. La estación lluviosa, es decir de junio a noviembre, y la estación seca de enero a mayo. Lo mejor es visitar estos cerros precisamente durante la temporada de lluvias.
Durante la estación seca, las colinas están completamente desnudas y no ofrecen rastro del paraíso verde en el que se han convertido. Solo se observan varios árboles secos, que parecen estar muriendo por la falta de agua. Basta que los cerros reciban humedad para que brote la fuerza incontenible de la naturaleza.