Aunque parezca increíble, las nutrias tienen una curiosa costumbre que ha desconcertado a entomólogos y especialistas en comportamiento animal: eligen una piedra favorita, la conservan durante toda su vida y juegan con ella cariñosamente. Aunque este tipo de comportamiento se asocia más comúnmente con las mascotas, las nutrias acuáticas han despertado el interés de los científicos que aún se preguntan por qué se forma este vínculo especial entre estos mamíferos acuáticos y su piedra elegida.
Si alguna vez has visto documentales sobre nutrias, es posible que hayas oído hablar de esta peculiaridad de elegir tu piedra favorita desde pequeños. Esta decisión se mantuvo a lo largo de su vida, lo que generó mucha especulación pero aún no una comprensión completa.
Es cierto que los medios de comunicación han exagerado el comportamiento de las nutrias con sus rocas, llegando incluso a afirmar que hacen malabarismos con ellas. Sin embargo, las nutrias tienen un vínculo especial con su roca favorita, con la que juegan cariñosamente. Aunque no las lanzan al aire ni las usan como pelotas de baloncesto, las nutrias se masajean las piececitas con ellas.
Se ha especulado que este comportamiento puede ser una forma de juego que utilizan las nutrias para prepararse para los desafíos de su vida diaria. Estos roedores acuáticos realizan movimientos con sus rocas favoritas haciéndolas rodar sobre el pecho y las piernas.
Originalmente se creía que jugar con piedras permitía a las nutrias desarrollar la psicomotricidad necesaria para conseguir alimento. Debido a que las nutrias se alimentan principalmente de moluscos, crustáceos y otras presas con exoesqueletos, los biólogos especularon que jugar con rocas estimulaba las patas de las nutrias y aumentaba su capacidad para comer.
Sin embargo, una nueva investigación ha desafiado esta teoría, encontrando evidencia insuficiente para apoyarla. Mari-Lisa Allison, del Centro de Ecología y Conservación de la Universidad de Exeter, y líder de un estudio reciente, ha examinado de cerca el comportamiento de las nutrias tanto en la naturaleza como en cautiverio. Los resultados no proporcionaron evidencia empírica sólida para respaldar la suposición de que jugar con piedras promueve las habilidades psicomotoras.
Allison explica que el juego en el reino animal parece carecer de un claro propósito evolutivo o adaptativo. Además, está convencida de que jugar con piedras no satisface una necesidad inmediata de supervivencia. Por lo tanto, el objetivo principal del juego de piedras no es entrenar nutrias para obtener presas exoesqueléticas. Con esto en mente, se esperaría que la población salvaje disminuyera a medida que las nutrias ganaran experiencia y envejecieran. Sin embargo, se ha observado que las nutrias más viejas aumentan su apego a las rocas, lo que sugiere que este comportamiento va más allá de la simple práctica de buscar comida.