La historia de Bisbee, una setter inglesa de tres años, es una historia llena de récords y sorpresas. Jay y Ericka Johnson, una pareja de Arizona, EE. UU., adoptaron a Bisbee después de conocerlo en una subasta benéfica. Lo que no sabían era que su mascota tendría una peculiaridad que lo llevaría a la fama internacional: la lengua más larga jamás registrada en un perro vivo, según Guinness World Records.
Al principio, los Johnson pensaron que Bisbee era un perro «normal». Pero pronto se dieron cuenta de que había algo diferente en él. Durante el ejercicio, su lengua sobresalía bastante y su esposa comentó que era excesivamente larga. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que Bisbee podría tener una lengua discográfica. Intentaron medirla mientras jadeaba, pero no pudieron obtener una lectura precisa. Bisbee necesitó una radiografía de cadera y sedación para medir correctamente su lengua.
La sorpresa llegó cuando se midió la lengua de Bisbee: ¡9,49 centímetros! Fue la lengua más larga registrada en cualquier perro vivo en cualquier parte del mundo. Los Johnson estaban emocionados y orgullosos de la actuación de su amado Bisbee, aunque también reconocieron que el récord era un título extraño para él.
Bisbee disfruta de la vida en Arizona, donde le gusta nadar, cazar moscas y dar largos paseos por su área todos los días. Los Johnson lo describen como el perro más asombroso que jamás hayan tenido, con una disposición increíble.
Mochi, un San Bernardo de Dakota del Norte que murió en 2021, fue el poseedor del récord mundial anterior con una lengua de 18,58 centímetros. Bisbee superó ese récord y se ganó un lugar en la historia de Guinness Records gracias a su impresionante lengua.