Por Luis Zuta Dávila
En febrero y marzo las regiones del Perú celebran los carnavales, la fiesta más alborozada, colorida y participativa del calendario jubilar. En nuestro país de todas las sangres, cada celebración tiene un sello tan especial que resulta muy difícil determinar cuál es la Capital del Carnaval peruano. Pero, sin duda, en cada celebración regional apreciamos una vigorosa herencia cultural evidenciada en fulgurantes pasacalles pletóricos de arte, danzas y música que identifican a su población.
Esta exultante festividad suele empezar antes de la cuaresma católica y culmina el domingo posterior al miércoles de ceniza. Los personajes más representativos de los carnavales peruanos son: el “Ño carnavalón” o “rey momo”, “doña carnavalona”, “el clon”, “don Calixto”, “los negritos”, “el tucumano”, “el auqui”, “el Cilulo”, “la Carolina”, “Cumbe-Cumbe” y “la Matarina”, entre otros.
Los carnavales se han convertido es una de las tantas herramientas que tiene el Perú para promover el turismo. Visitantes nacionales y extranjeros se preparan para disfrutar de la alegoría de los trajes típicos, vistosos pasacalles tradicionales, así como de las diversas expresiones del folclor que caracterizan a estas festividades costumbristas de arraigo y participación popular.
Patrimonio Cultural de la Nación
Son diez los carnavales declarados Patrimonio Cultural de la Nación:
- Carnaval de Ayacucho, oficializado el 4 de diciembre de 2003.
- Carnaval de Santiago de Pupuja (Puno), oficializado el 10 de setiembre de 2010.
- Carnaval de San Pablo (Cusco), oficializado el 27 de setiembre de 2010.
- Carnaval de Abancay, oficializado el 7 de marzo de 2011.
- Carnaval de Marco (Junín), oficializado el 9 de marzo de 2011.
- Carnaval de Churcampa (Huancavelica), oficializado el 25 de octubre de 2013.
- Carnaval Tinkuy (Huánuco), oficializado el 23 de setiembre de 2015.
- Carnaval de Ichuña (Moquegua), 6 de diciembre 2017.
- Carnaval Wapululus (Puno), 2 de febrero de 2018.
- Carnaval Jaujino (Junín), oficializado el 15 de noviembre de 2018.
Junín y Puno son las regiones con mayor número de carnavales declarados Patrimonio Cultural de la Nación (dos cada una).
A continuación, conozcamos los carnavales más emblemáticos que se celebran en las regiones del Perú:
Ayacucho
En esta región el carnaval, declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 2003, se expresa con euforia contagiosa. Las calles y plazas de la ciudad son invadidas por comparsas, danzas y música llenas de alegría, colorido y entusiasmo, que congregan una creciente asistencia de turistas nacionales y extranjeros cada año.
La celebración de los carnavales empieza con el ingreso de carros alegóricos y la presencia del Ño Carnavalón, un personaje ficticio que dirige la fiesta. El recorrido se da al compás de canciones entonadas en quechua, al ritmo de charangos y quenas; mientras los asistentes se divierten bailando y lanzándose talco y serpentinas.
Durante el carnaval, las calles de la ciudad de Ayacucho se llenan de color, música y baile. Y es que las numerosas comparsas que intervienen en esta fiesta recorren las calles al ritmo de la música con letras dedicadas al amor, al desamor y la vida cotidiana con ciertas dosis de picardía.
Si bien el carnaval es una festividad proveniente de Europa, en Ayacucho incorporó costumbres andinas y se convirtió en una conmemoración popular que rinde tributo a la Pachamama o “Madre Tierra” y se expresa con gran jolgorio.
Durante la celebración se emplean vistosos y coloridos disfraces, trajes típicos de Huamanga y vestimentas del campo. Además de las comparsas o pandillas que danzan en todo momento, durante esta festividad se juega con agua, talco y serpentinas.
La festividad culmina con la tradicional lectura del testamento y entierro del Ño Carnavalón.
Apurímac
En esta bella región de la Sierra sur peruana existen dos fiestas muy arraigadas: el Carnaval Abanquino y el Pukllay de Andahuaylas.
En el Carnaval Abanquino, la ciudad de Abancay, capital departamental, se viste de colores y disfruta de música y danzas de herencia ancestral para festejar con júbilo el carnaval. Esta popular celebración tiene como principal característica la picardía y la participación de los entusiastas habitantes.
Lo más característico del carnaval abanquino es la esperada “yunza”, en la que los participantes intentan derribar, provistos de un hacha o machete, un árbol adornado con serpentinas, globos, regalos y frutas. En las calles se aglomeran las comparsas, bandas, bailarines y los esperados carros alegóricos.
La festividad empieza con un concurso de trajes típicos en el que intervienen los artesanos exponiendo sus mejores vestimentas para damas, que incluyen una lliclla, sombrero de paja, blusa y falda multicolor, y los hombres con un traje típico de varones: poncho de nogal, pantalón, sombrero, zapatos, y chalinas, donde predominan los colores negro y blanco. También hay elección de la Señorita Carnaval y del carnaval campesino. En el Carnaval Abanquino la alegría, picardía y originalidad están por doquier.
Otro famoso carnaval es el Pukllay en Andahuaylas, llamado también Carnaval Originario del Perú. Es un festejo esperado por turistas nacionales y extranjeros que visitan Andahuaylas para participar de los pasacalles y disfrutar de la música tradicional andina; además de saborear sus emblemáticos platos típicos.
Este carnaval expresa la identidad y la vigencia de la milenaria cultura andina y permite el reencuentro del campo y la ciudad durante la celebración carnavalesca.
Arequipa
El carnaval arequipeño tiene una edición especial en el distrito de Cayma, con el Carnaval Loncco. El sur de Arequipa empieza esta fiesta al ritmo de bandas patronales y una espectacular comparsa. Los grupos de danzas interpretan huainos y algunos pobladores hacen lo propio con coplas escritas especialmente para esta popular celebración.
La alegría se apodera de las calles, donde se juega con globos llenos de agua, pintura y huevos de gallina que son lanzados a los asistentes.
En este festejo destacan las famosas “huifalas”, formadas por comparsas procedentes de diversos barrios. Los jóvenes con caras pintadas y rostros ocultos se dirigen hacia la plaza de Armas, donde los esperan otros grupos de jóvenes para acompañar las danzas con juegos de palabras y las burlas relacionadas con hechos políticos y personajes públicos.
Cajamarca
Considerada la Capital del Carnaval Peruano, Cajamarca se esmera cada año en superar la organización de esta festividad desbordante de alegría, colorido y simbolismo, de la que ningún poblador local ni fuereño se sustrae, sino que se entrega por completo a esta gala llena de identidad regional.
Participar del carnaval cajamarquino es también sentir la amabilidad de sus habitantes, quienes reciben con los brazos abiertos a los visitantes a esta fiesta de bailes, carros alegóricos y disfraces multicolores que encienden una algarabía que parece no tener fin.
Si bien las actividades se desarrollan durante más de un mes, las actividades principales tienen lugar del 18 al 22 de febrero, con la entrada de Ño Carnavalón o rey Momo, seguido del concurso de patrullas y comparsas, el corso de carnaval, el velorio y, finalmente, el entierro de este personaje estelar del carnaval.
El sábado 18 de febrero empezarán las actividades principales del Carnaval de Cajamarca 2023 con el ingreso del Ño Carnavalón, personaje central de esta festividad, desde las 10:00 horas, en un recorrido que comenzará en la cuadra 10 de la avenida Independencia y continuará por la plazuela Independencia y seguirá por las avenidas Los Héroes y Atahualpa, pasando por el frontis de la Universidad Nacional de Cajamarca, la avenida La Cantuta y finalizará en la explanada de Qhapaq Ñan. A las 20:00 horas se realizará el “Festival del Urpo”, en la cuadra 3 de la avenida La Paz del barrio La Florida. A esa misma hora tendrá lugar la Feria del Carnaval de Cajamarca, en la explanada del complejo Qhapaq Ñan.
El domingo 19 de febrero se realizará el “Concurso de Patrullas y Comparsas”, cuya concentración empezará en la plazuela Víctor Raúl, luego pasará por el estadio Héroes de San Ramón, continuando por la avenida El Maestro y los jirones Amalia Puga, El Maestro, Dos de Mayo, Del Batán, Cruz de Piedra, Del Comercio, 13 de Julio y finalizará en el Arco del Triunfo.
El lunes 20 tendrá lugar el tradicional y apoteósico Corso de Carnaval, que empezará a las 10:00 horas desde el óvalo del complejo Qhapaq Ñan y continuará por las avenidas Alameda de los Incas, Pachacútec, La Cantuta, Atahualpa, De los Héroes y culminará en la plazuela La Recoleta.
El martes 21 se desarrollará el masivo “Velorio del Ño Carnavalón”, desde las 20:00 horas en la plazuela Bolognesi. Al día siguiente se escenificará el “Entierro del Ño Carnavalón”, acto en el que se da lectura al testamento de este singular personaje que estelariza el carnaval, y se traslada su féretro desde el jirón Santa Rosa y la avenida 13 de Julio, continuando por el jirón del Comercio, la plaza de Armas, los jirones Dos de Mayo, Amalia Puga, Los Héroes, plazuela Bolognesi, avenida Atahualpa, óvalo de las banderas, carretera Baños del Inca y concluirá en la avenida Manco Cápac.
Huánuco
En febrero, la ciudad de Huánuco se viste de llamativos colores para iniciar el esperado Carnaval Tinkuy, declarado el 2015 Patrimonio Cultural de la Nación. Esta celebración preserva la tradición cultural de pueblos como Tambogán y Utao. La fiesta se caracteriza por la “guerra de las naranjas”, una tradición muy marcada que consiste en utilizar este fruto como municiones, mientras dos bandos sostienen un enfrentamiento lleno de alegría.
En la celebración carnavalesca, el pueblo huanuqueño disfruta de un ameno pasacalle, acompañado por danzas, música y fuegos artificiales. También se realiza la tradicional “yunza”, con una entusiasta participación popular.
Según la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación, esta manifestación cultural conjuga el sincretismo entre la iconografía católica de las cruces y la veneración a las “jirkas” o divinidades tutelares andinas.
La representación del Tinkuy o “encuentro” es conocido también como la “guerra de las naranjas”. Se trata de una batalla ritual que involucra a toda la gente de ambos centros poblados, a través de la cual se evoca la intervención de sus antiguos habitantes en la rebelión indígena de 1812 ocurrida en Huánuco.
Los relatos sobre el origen de la representación del Tinkuy recogidos en el expediente hacen referencia directa a estos eventos. Se señala que los comuneros de Tambogán y Utao salieron el 22 de febrero con dirección a la ciudad de Huánuco, convocados junto a grupos de otras localidades aledañas como Pachabamba, Santa María del Valle, San Sebastián de Quera y Churubamba.
Al término de los enfrentamientos, los testimonios indican que los sobrevivientes regresaron a sus localidades, haciendo su entrada triunfal en la fecha de martes carnaval y sumándose a las festividades.
Junín
En esta multicultural región, el carnaval más famoso es el que tiene lugar en la ciudad de Tarma, con la fiesta de San Sebastián y la entrada de Don Calixto, un personaje importante en la tradición cultural.
Tarma, conocida también como La Perla de los Andes, ofrece una variada lista de actividades para los carnavales con corsos, carros alegóricos y juegos carnavalescos que unen a los viajeros con el pueblo tarmeño.
Con un masivo y singular pasacalle, lleno de disfraces que representan a las autoridades y políticos de tiempos de la Colonia, los habitantes participan de las comparsas, acompañadas musicalmente con la muliza, melodía entonada durante los carnavales, interpretada con guitarras, violines, mandolinas, clarinetes y charangos.
Cuenta la tradición que hace años vivió en Tarma un hombre muy bohemio conocido como Don Calixto. Se dedicaba a la crianza de mulas y solía pasear por las calles de la urbe, cortejando a las damas que se cruzaban en su camino. Esta actitud enfureció a los tarmeños y decidieron darle un escarmiento.
En una ocasión, cuando retornaba de un viaje, los vecinos le presentaron a una muchacha de la que quedó perdidamente enamorado, al punto de casarse con ella. En plena noche de bodas, Don Calixto descubrió sorprendido que su flamante esposa era, en realidad, ¡un varón!
En el Carnaval Tarmeño las comparsas representan a los diversos barrios de la ciudad, cuyos integrantes se visten de manera extravagante y pintoresca, parodiando a las clases sociales acomodadas y las autoridades.
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Piura
En la Capital del Sol Eterno, el soleado distrito piurano de Catacaos recibe cada año a muchos visitantes para celebrar junto a su población la exultante festividad de los carnavales. La gala se inicia con la elección de la Señorita Carnaval, y después tiene lugar el tradicional juego de pintura y agua por las calles de la ciudad, en medio de comparsas de danzantes tradicionales. Por la noche, las bandas musicales se enfrentan con sus mejores repertorios, teniendo al público como jurado para designar a la ganadora.
Para los amantes de la suculenta cocina piurana se lleva a cabo una feria gastronómica, en la que se pueden disfrutar platos típicos como el cebiche, seco de cabrito, seco de chabelo, entre otros.
Las calles de Catacaos son invadidas por los tradicionales bailes de carnavales y por los bellos carros alegóricos presentados por cada uno de los grupos en los que se divide el pueblo cataquense. Como cierre de temporada de los carnavales se realiza un gran corso, donde se pueden apreciar las más representativas estampas que caracterizan a este distrito.
Catacaos se llena de algarabía y el espíritu cordial de su gente se siente en cada rincón de esta ciudad. Gracias a la hospitalidad de su pueblo es posible disfrutar de esta festividad tan importante, a la que se busca consolidar como una de las mejores del país.
San Martín
En este departamento del nororiente peruano, el carnaval es una de las fiestas más importantes y esperadas del calendario anual de conmemoraciones regionales. Y es en la ciudad de Rioja donde esta festividad cobra una singular importancia, dado que se llena de colores y alegría con la entrada del Ño Carnavalón, acompañado por el pueblo entero que baila al ritmo de danzas amazónicas como la pandilla, que componen pintorescas comparsas.
Lo más esperado en la celebración es la “humisha” o “yunza”, que consiste en el derribo, con el uso de un machete, de un árbol adornado con diversos regalos que cuelgan de sus ramas. Para los amantes de la gastronomía de la selva, en el carnaval se disfruta de ferias de comidas que ofrecen platos emblemáticos como el juane, timbuchi, tacacho con cecina y patarashca.
El carnaval riojano tiene como tradición al “bando del carnaval”, quien va leyendo en diferentes esquinas de los cinco barrios de Rioja (Amaringo, Cascayunga, Consuelo, Quinapata, Shauintopata) una ordenanza. Esto inicia la inauguración del carnaval. Resalta el bando los Diablos, grupo más característico del folclor riojano, con personajes disfrazados de animales del bosque amazónico, como el otorongo, y su aparición crea gran expectativa.
Tacna
El carnaval de Tacna mezcla la tradición de la migración andina y sus rituales con la religiosidad católica, presente en los distintos pasacalles y concursos en todos los distritos y locaciones de la ciudad.
Las diferentes culturas y costumbres propias y adquiridas son mostradas en forma de danzas y entre estas la más representativa es la tarkada, que tiene origen tacneño; toma el nombre de la “tarka”, que es el instrumento con el cual se musicaliza la danza.
En la ciudad de Tacna existen dos estilos de baile, uno que proviene de la provincia de Candarave, con la característica y permanente ondeada en alto de los pañuelos con ritmo rápido y haciendo requiebres. Es una danza popular practicada principalmente por jóvenes, lo que se refleja en los vestuarios, en los que la pollera de la mujer es más corta y los cánticos alegres.
El otro es lariguayos, un baile de origen aimara, característico por el sonido del chillido de los “moseños”, que son unas flautas de gran tamaño. En la vestimenta predomina el “aguayo”, del cual proviene el nombre de este baile tradicional, que es una manta con motivos andinos. La danza se ejecuta con mucha rapidez, pues se dan constantes saltos y giros.
Su difusión llegó a Tacna en 1958, con poca acogida pues la migración andina, principalmente de Ollaraya y Yunguyo (Puno), de donde proviene el baile, era poca; pero un bloque llegó a participar en las actividades carnavalescas de la época como acompañar a la reina y al entierro del Ño Carnavalón. El primer bloque de lariguayos solo pudo participar activamente un par de años más.
A comienzos de la década de los ochenta, la segunda generación retomó la difusión de este baile. El primer bloque grande de danzantes se desintegró y se formaron más grupos en toda la urbe. En la actualidad, esta danza adquiere una gran acogida por los migrantes, hijos de migrantes y pobladores de Tacna.
Ucayali
La selva central del Perú también celebra el carnaval y tiene en Ucayali a uno de sus mejores escenarios. La ciudad de Pucallpa se convierte en epicentro de esta fiesta en la que población y visitantes toman las calles con impresionantes pasacalles y bailes como la típica danza chimaichi, que representa el alborozo y la tradición de esta región amazónica.
Los carros alegóricos pasean por las calles; mientras los viajeros y pobladores se mueven al ritmo de danzas folclóricas. Algunos de ellos juegan lanzando agua, pintura y talco.
Las yunzas amazónicas o “humishas” son infaltables, además de la exhibición de cuerpos pintados con imágenes de seres místicos como la yacumama o gran serpiente de río y el yacuruna, un ser mitológico que según la leyenda habita en las profundidades de los ríos amazónicos.